¿Podrá CarGo hacer el roster de 25 en Seattle?

Para quienes orbitamos con frecuencia alrededor de las Grandes Ligas es conocido que en los últimos tres años Carlos González ha atravesado dificultades debido a las lesiones; estas han disminuido su presencia en los diamantes afectando de manera simultánea su rendimiento.

Durante los recientes dos torneos la situación del marabino ha experimentado un continuo descenso, atrapando su carrera en una espiral de inestabilidad. Esto se reflejó a la perfección durante 2019, cuando en dos ocasiones recibió su carta de libertad incondicional por parte de Indios de Cleveland y luego por Cachorros de Chicago. 

En medio de este torbellino, CarGo, (nuestro tercer campeón bate ligamayorista) ha recibido una nueva oportunidad de la mano de Marineros de Seattle, para intentar dejar atrás las lesiones, devolverle la calma a su brillante trayecto y por qué no, volver a los años dorados vividos en Rockies de Colorado.

¿Es esto posible? Desde esta tribuna es lo que deseamos, pero nuestro objetivo no es alimentar de manera infundada las esperanzas de la afición, mucho menos la de los practicantes de esta disciplina deportiva.

A pesar de nuestros mejores deseos, debemos hablar (escribir en este caso) con la frialdad que requiere la situación, ¿saben por qué? Porque así funcionan las organizaciones de Grandes Ligas al momento de armar sus roster. No se estructura un equipo basándose en sentimentalismos, y en Félix Hernández encontramos el perfecto ejemplo. 

Adorado por el público de Seattle, el reinado del Rey en esta ciudad terminó por dos únicos motivos, lesiones y bajo rendimiento.

Esto es lo que debe evitar González en los campos de entrenamientos si quiere estar en la nómina inaugural de los Marineros; deberá dejar números impactantes para poder hacer el equipo, convertirse en una agradable e ineludible sorpresa porque tres de las cuatro posiciones que él puede desempeñar al campo, en Seattle ya tienen ocupantes.

Cierto es que el espigado jardinero de las Águilas del Zulia tiene en su haber tres premios Guante de Oro, pero a raíz de las lesiones sufridas, muchas organizaciones dudan de su capacidad para volver a ser un jardinero de juego diario.

Para 2020 en Seattle, Mallex Smith como central y Mitch Haniger en el derecho, lucen inamovibles en los jardines, al igual que Daniel Vogelbach ya sea como bateador designado o inicialista.

Esto dejaría tres posibles vacantes en el horizonte de CarGo: como left field, designado o jardinero de reserva.  

De manera particular, por los Marineros González no es visto como opción fija de cuarto jardinero. El dirigente Scott Servais ya tiene en Smith y Haniger dos guardabosques titulares, mientras que en su roster de 40 (donde no está el venezolano) tiene inscritos otros cuatro outfielders, además de otros tres en calidad de invitados.

Recordemos también que este elenco vive un agresivo proceso de reestructuración, la prioridad es darle tiempo de juego a sus irrumpientes promesas, y que estas deben foguearse rápido para aprender a hablar el idioma del triunfo, pues en Seattle decir que están urgidos de victorias es una manifestación solapada.

Los nautas atraviesan una crisis deportiva generada por los años sonoros ausentes de triunfos. Esta es la única franquicia de todo el gran escenario beisbolístico que jamás ha llegado a una Serie Mundial, quizás peor aun, desconocen la existencia del terreno de la postemporada desde su histórica gesta del 2001; y tienen para sí la actual racha más larga de eliminaciones, 18 años consecutivos.

Marineros necesita ganar en el corto plazo, para ello su proyecto de equipo no debe desacelerar en su desarrollo y es aquí donde también se ven afectadas las posibilidades de CarGo, quien en el Spring Training deberá dejar atrás los paupérrimos números dejados en 2019.

Ese en particular es el año perdido de su ilustre carrera. Durante ese torneo solo participó en 45 juegos,  promedió 200 puntos al bate, ligó tres cuadrangulares, remolcó 10 anotaciones, su OBP fue 289, Slugging de 283, OPS de 572, OPS+ de 51 y WAR de –0.5. Todos muy por debajo del promedio de su carrera. 

Por otra parte, el tener 34 años se presenta como un arma de doble filo debido a que el promedio de edad de los guardabosques marinos oscila entre 24 y 26 años; por su edad el criollo puede ser visto como un adecuado mentor para la nueva generación.

Algo de lo que no ha trascendido información o comentarios es si él intentará jugar en la inicial para aumentar su chance. Esta no es una opción para nada descabellada, pues en el pasado muchos lo hicieron con éxito y extendieron sus carreras.

Visto en una perspectiva general, como inicialista y guía pareciera que pasan las mejores opciones de Carlos González para hacer el equipo grande con los Marineros de Seattle, para asegurarlo debe hacerse imprescindible; repetimos, deberá dejar números impactantes en los entrenamientos primaverales para darle continuidad a su saga en el máximo escenario del mundo de los Guantes, Bates y Pelotas.