Abreu y Clemente, el chance del “Comedulce” para el Salón de la Fama
En ocasiones anteriores hemos argumentado que muchas veces las comparaciones son odiosas, y que otras tantas son necesarias para tener una perspectiva más amplia que a su vez permita una mayor compresión al momento de plantear nuestros pareceres.
Si bien es cierto que en las recientes votaciones para el Salón de la Fama de Cooperstown, Bob Abreu quedó muy distante de obtener el 75% de los sufragios mínimos necesarios, el aragueño si logró mantenerse en las boletas al acumlar más del 5,5% de apoyo para su candidatura.
Desde poco antes de su retiro, se hizo evidente que el “Comedulce” logró construir una ilustre carrera en las Grandes Ligas donde acumuló estadísticas redondas en diversos apartados ofensivos, dejando su nombre en selectos grupos integrados por hombres de la talla de Willie Mays, Rickey Henderson, Graig Biggio, entre otros.
Al tener conciencia de esto se nos vino a la mente siempre inquieta establecer una comparativa, que además es de suma importancia, entre el palmarés de Bobby y el del latinoamericano más trascendental que ha jugado en las Mayores, Roberto Clemente.
OJO, con esto no queremos en ningún momento decir que Abreu fue mejor pelotero que Clemente, solo queremos plasmar en el panorama lo realmente buena, el gran significado que representa la trayectoria del venezolano teniendo como referencia la impactante carrera del recordado “Cometa” de Carolina.
El primer paso lo daremos con los apartados estadísticos de mayor peso para la sabermetría así como los más tradicionales, reflejando los números acumulados por Clemente y Abreu en cada uno de ellos:
Como vemos en el cuadro, en nueve de 18 apartados ofensivos Abreu está por encima de Clemente, en uno están igualados y existen otros aspectos bastantes relevantes favorables al criollo que deben ser puntualizados.
Es cierto que el borinqueño tuvo logros que el “Comedulce” no pudo alcanzar como las 15 apariciones en el Juego de Estrellas, los cuatro títulos de bateo, los 12 Guantes de Oro, un Premio al Jugador Más Valioso, los dos títulos de Serie Mundial y el MVP del clásico de 1971, pero Clemente nunca bateó más de 29 cuadrangulares en una temporada, y nunca estafó más de 12 almohadillas; solo en dos oportunidades remolcó más de 100 anotaciones, en otras tres anotó más de 100, y nunca logró el 30/30.
Mientras que Abreu en dos oportunidades bateó más de tres decenas de vuelacercas (en ambas logró el 30/30), tuvo 13 temporadas con al menos 20 bases robadas, ocho veces impulsó más de 100 carreras, en ocho campañas pisó el plato más de 100 veces, y sus 1476 bases por bolas representan la cifra máxima entre jugadores latinoamericanos.
Clemente en sus 18 años de bigleaguer jugó más de 150 encuentros en cuatro oportunidades, mientras que Bob Abreu junto a Willie Mays son los dos únicos jugadores en la historia en jugar 150 o más juegos por 13 temporadas consecutivas.
Roberto Clemente nunca logró el 20/20; en contraparte el venezolano pertenece al selecto grupo de jugadores con más temporadas 20/20, cofradía cuyos cinco miembros son Bobby Bonds y Barry Bonds con 10. Abreu, Carlos Beltrán y Eric Davis con siete campañas.
Durante su carrera, Roberto Clemente acumuló tres temporadas de 50 o más bases por bolas. Por su parte Abreu logró ocho temporadas de más de 100 pasaportes, todas consecutivas entre 1999 y 2006, siendo el segundo en la historia en lograrlo.
Así como el nativo de Carolina logró batear más de 300 en 13 temporadas seguidas, Abreu durante 14 temporadas lideró las Grandes Ligas en partidos jugados con 2173. Además entre 1998 y 2011 nadie en las Mayores igualó sus 1396 bases por bolas y ocupa el 20° lugar en la lista de todos los tiempos.
Debemos decir también que Abreu es uno de seis jugadores en la historia con al menos 250 jonrones y 400 robos, acompañado por tres miembros del Salón de la Fama: Rickey Henderson (297 HR/1406 BR), Graig Biggio (291/414), Joe Morgan (268/689), Barry Bonds (762/514) y Bobby Bonds (332/461). Sus nueve temporadas 20-20 son las terceras más largas, solo detrás de Bonds, padre e hijo.
Con el conocimiento preciso de estos destacables detalles sobre el “Comedulce”, nos atrevemos a decir con toda la responsabilidad del caso que no es para nada insensata la comparativa de su figura con la del eterno Clemente.
Que la carrera de Abreu en Grandes Ligas se sustentó en cuatro elementales términos: estudio, disciplina, paciencia y constancia.
Estas virtudes a su vez definen su trayectoria: consistencia; cualidad que le permitió elevarse por encima de su tiempo presente para colocar su nombre junto al de figuras pasadas y convertirse en referencia obligatoria para los aspirantes a ser futuros destacados.
Estas virtudes a su vez definen su trayectoria: consistencia; cualidad que le permitió elevarse por encima de su tiempo presente para colocar su nombre junto al de figuras pasadas y convertirse en referencia obligatoria para los aspirantes a ser futuros destacados.
Distintas son las variables que se toman en cuenta al momento de emitir un sufragio para el Salón de la Fama. Sabemos que actualmente la sabermetría cobra más importancia para analizar a los aspirantes, y en esta tribuna consideramos que la candidatura de Abreu tiene que tomarse mucho más en serio, que los detalles arriba plasmados revisten de mucha importancia para que en las papeletas de los años por venir, su cantidad de votos tengan y mantengan una tendencia ascendente hasta darle merecidamente la inmortalidad que otorga un nicho en Cooperstown, el máximo reconocimiento en el mundo de los Bates, Guantes y Pelotas.
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