Sesenta años de aquel legendario clásico del 60



En esos años la televisión era en blanco y negro; en el Caribe ya Fidel Castro se había hecho con el poder y la caída de Cuba en el comunismo era inevitable; en Estados Unidos solo unos días restaban para atestiguar los comicios presidenciales más estrechos de su historia, mientras en Inglaterra indetenible era el ascenso de los Beatles en Liverpool. 

Ese corto pero agitado espacio de tiempo transcurrido entre el 5 y el 13 de octubre, esa generación de amantes del Rey de los Deportes se deleitó con una de las Series Mundiales más icónicas que se haya desarrollado.


En este 2020 ya son 60 años de aquel Clásico de octubre del 60, entre Yanquis de Nueva York y Piratas de Pittsburgh, donde los primeros poseían una contundente amplitud de favoritismo gracias a su gran poder al bate, con Mickey Mantle, Roger Maris, Bill Skowron y Bobby Richardson como principales cañoneros del legendario Casey Stengel.




Aunque menos favoritos, los Piratas contaban con un excelente grupo dirigido por Danny Murtaugh, destacando la presencia de Dick Groat, Don Hoak, Bob Friend, Vern Law, Bill Mazeroski y Roberto Clemente en la primera temporada contundente de su carrera.





El duelo:


Ese 5 de octubre comenzaron las acciones en el puerto de los filibusteros (Forbes Field) ante los bombarderos; Vern Law (siete tramos) y Roy Face (dos entradas) “limitaron” a los Yankees a cuatro anotaciones, mientras el ataque del buque fue comandado por cuadrangular impulsor de dos de Mazeroski para ganar 6x4.


La segunda confrontación resultó en una inmisericordiosa felpa de los Mulos de 16x3 apuntalados por dos vuelacercas del poderoso Mantle con cinco llevadas al plato.


Por su parte, la apertura del abridor yankee, Bob Turley, es una de las más peculiares en la historia de las Series Mundiales, pues a pesar de recibir 13 inatrapables y no ponchar a rival alguno, solo le anotaron tres veces.


Iguales al Bronx


En el mítico Yankee Stadium el tercer duelo fue muy similar al anterior: paliza de los Bombarderos 10x0, ahora con Richardson en plan estelar gracias a su grand slam en el primero antes de finalizar con seis impulsadas.


En gran apertura completa, Whitey Ford se acreditó el lauro.


Para el cuarto llegó la igualada de Pittsburgh, en cerrado juego a su favor 3x2, pisando el plato tres veces en el quinto liderados por sencillo remolcador de dos de Bill Virdon, mientras de nuevo Law (6.1) y Face (2.2) contenían la fuerza neoyorquina.


Los Piratas daban la sorpresa, al tomar control (3-2) de la Serie con su segundo triunfo en la Casa que Construyó Babe Ruth. La pizarra 5 para ellos y 2 para los Yanquis; Face con relevo de 2.2 capítulos sumaba su tercer rescate en el careo.


De vuelta al Forbes


Arriba en la Serie, el regreso al puerto fue demasiado triste; el poder yanqui nuevamente resultó demasiado con otra humillación en el marcador: 12x0.


Richardson con dos triples, tres remolcadas y Whitey Ford con otra blanqueda de ruta completa obligaron a definir todo ese jueves 13 de octubre de 1960, fecha sin precedentes en los anales de las Mayores.


El toma y dame de batazos resultaría en una gran tragedia para los Mulos del Bronx, y llenaría de gloria absoluta a Bill Mazeroski en una de las páginas más brillantes de siempre. 


Con la pizarra igualada a nueve en la baja del noveno, Mazeroski dejó su huella en el tiempo al mandar la esférica por encima de la barda del jardín izquierdo mientras en desesperada carrera el jardinero Yogi Berra fue sobrepasado.



Totalmente dominado por la efusividad y la adrenalina, de manera frenética, Mazeroski, un hombre que antes de ese estacazo acumulaba 48 en 667 juegos (sin incluir postemporadas), daba una de los batazos de cuatro esquinas más trascendentales del juego.



                                          


La belleza poética de su conexión se “justifica” por el hecho de ser el vuelacercas más importante del beisbol en los primeros días de la era televisiva, además de ser la primera ocasión que un cuadrangular daba el título de la Serie Mundial a un equipo de las Grandes Ligas, el máximo de los escenarios en el mundo de los Bates, Guantes y Pelotas.




Nota: Esta Serie Mundial del mismo modo es particularmente atípica, por ser hasta ahora la única en la que el premio de Jugador Más Valioso fue entregado a un integrante del elenco derrotado, Bobby Richardson 


Harold Capote Fernández @batesbeisbol


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